lunes, marzo 16, 2015

UNA EXPERIENCIA "FREAK" EN LA PLAYA DE PENCO EN 1974

NOTA DE LA EDITORIAL: La presente historia en primera persona nos ha llegado de Venezuela. Agradecemos a Iván Ramos Castro.

La playa de Penco, escenario de esta curiosa historia.
DE QUE VUELAN... VUELAN 
Por Iván Ramos Castro
A veces, cuando me encuentro con un compatriota conocido que viene de regreso de Chile a la isla, no puedo dejar de preguntarle: ¿como está el tiempo por allá?, La respuesta es casi siempre la misma: Bueno fijate, en las mañanas un poco de fresco, pero después..Todo esto a consecuencia de que como le han dado tanto bombo a esto del cambio climático y otros detalles técnicos que solo incumben a los geofísicos, astrónomos y por supuetos a los gobernantes de cada uno de los paises de este planeta. Para este tema sobran opinólogos de tendencias varias, incluso existe un Partido Verde que se la juega por un mejor pasar para el hombre y sus hermanos menores aquí en la tierra. Pero claro, esto es na`que ver con el tema que les quería plantear y, que por estos lares, también es del conocimiento popular, como lo es el tema de lasa artes ocultas. De partida, esa es una creencia que viene del otro lado del océano Atlantico y por acá si tales manifestaciones ya existían, terminaron fusionándose con las de los esclavos venidos de Africa, lo que se conoce hoy como Santería, Vudú, Macumba, el culto a María Lionza acá en el estado Yaracuy, Venezuela. Como fenómeno social, han sido ya investigados y muchas teorías y estudios ya se han publicado al respecto. Creanme, en lo que a mi respecta, "no creo en brujos Garay, pero de haberlos..."
TODO COMENZÓ EN LA PLAYA


Todo este rollo se me viene a la mente en base a una "experiencia personal", "realismo mágico", dirán otros, pero lo juro por la suela de mis zapatos de que el siguiente relato es verídico: Fue a comienzos del verano del año 1974. Ya estaba haciendo preparativos para mi viaje al extranjero, sin tener en mente aun a que pais largarme. La crisis económica era tal que ninguno de los planificadores económicos de turno daba en el clavo, todo era un experimento en lo económico, por cierto que apoyados por toda una maquinaria que infundía terror en la gran mayoría de la población. Era bastante común ver a gente trabajadora desmayarse de hambre al regresar del trabajo, lo vi personalmente por la calle Barros Arana muy cerca de la plaza o en los propios autobuses del recorrido Concepción-Penco-Lirquén. Muchos choferes de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado, más conocida como la ETCE, recogian trabajadores por la puerta trasera para no cobrarles el pasaje en horas tempranas, los inspectores que subian a recortar boletos en cualquier punto de la ruta, tambien hacian la vista gorda. "Tremenda pelazón mi llave..", dirian por acá en Venezuela, pero bueno, todo esto fue para situarnos mejor en el contexto. Mi hermano Gastón me colaboró con los materiales para levantar el kiosco en el balneario, recuerdo que el camarada Tiznado, quien trabajaba en el municipio me recomendó el mejor lugar, muy cerca de donde se levantaban las duchas y vestidores. Mi compañera, adornó la puerta de entrada totalmente con cajas de cigarrillos de todas partes del mundo, y yo por mi parte puse en todo el frente del local, diez remolinos hechos en cartulina de colores rojo y negro, los cuales giraban como queriendo alzar vuelo. Toda una suerte de rebeldía giratoria. Como a los tres dias de abierto el local, una comisión de carabineros se apersonó al sitio verificando los permisos, muchos de mis amigos, quienes me habían advertido acerca de la tonalidad irreverente de los remolinos, por ser los colores de la Izquierda Revolucionaria en ese momento, como todas las organizaciones de izquierda, proscritas. Pensaron de que nos iban a detener y clausurar la venta. El Oficial apenas miró los papeles sellados por la Alcaldía, nos deseo suerte y continuaron su acostumbrado recorrido. Al cuarto dia, a eso de las cinco de la tarde, se acercó un gordo bigotudo con una inmensa radio encendida y sintonizando la emisora "Voz y Progreso" de radio Moscú en idioma castellano. Hablaban de Chile y de cuanto aquí ocurría y que por supuesto alguna gente jamás creyó y aun no cree, así les muestren la evidencia por los informativos. El tipo me pareció sospechoso desde el principio, insistía en preguntarnos si sabiamos de donde venían tales ondas. - ¡Será que vienen de por ahí de Coihueco puh! Ni gil decirle que venían desde Moscú. Al poco rato se largó con su aparato a otra parte y no lo volvimos a ver.
UNA EXTRAÑA AVE NOCTURNA
Al quinto dia, no pasó nada, todo fue tranquilo y con mis compadres de siempre que me acompañaban, jugábamos una partida de ajedrez tras otra. Cayó la tarde y decidi quedarme como las otras noches a dormir en el kiosco, a cuidarlo por si las moscas..
Serían como las doce de la noche y el movimiento de carros de trenes haciendo cambios y maniobras en las vias, más parecía una bombardéo aereo enfrentandose a la artillería. De pronto se hizo un silencio que parecía durar el resto de las horas, cuando sobre una pequeña palmera ubicada a un costado del techo sentí posarse a un pájaro y a quien le dio por ponerse a cantar de una manera tal como me lo había contado nuestra madre: "tuetue-tuetue-tuetue.." Tal asociación me puso los pelos de punta, pero después, me serené y decidí hablarle como si fuera un invitado, total, era solo entre él y yo: "Mire mi amigo, ¿porque no viene mañana a tomarse una Pilsener?" Casi al instante el extraño pajarraco se calmó y prontamente alzó vuelo largándose se ahí. Al poco apague el radio y me dormí como un gato. Me tocaron la puerta temprano, eran mis socias. Al abrir me di cuenta de que eran como las nueve y media y la playa estaba llenándose, poco después me fui a comprar jamón, queso y mortadela al mercado y dos docenas de chupetas de helado de la Heladería Rex. Al salir alcancé a divisar a un tipo sentado de frente al negocio en posición de loto y con sus ojos semicerrados. -"Un lunático" pensé, y me fui a las compras. A mi regreso, mis socias estaban algo preocupadas, puesto de que el extraño sujeto se les había acercado y preguntado por mí. Ya eran cerca de las once de la mañana y el hombre seguía de nuevo como en meditación Zen. Opté no pararle bola al asunto y me puse a jugar un encarnizada partida de ajedrez con mi amigo Pito, quién hacia rato quería ir a darle una aclarada al sospechoso, pues según el, tenía pinta de ser un punga. Lo calmé y seguimos el juego despreocupados, de pronto una de mis socias me llama. Era el tipo, ahí, parado frente a nosotros como queriendo entablar una conversación. Era de mediana estatura, flaco y de sus penetrantes ojos verdes dejaba escapar a veces una mirada huidiza, no daba bien la cara, de pelo ralo y castaño, vestía camisa a cuadritos color café claro con lineas negritas, pantalón negro a rayas y zapatos del mismo color, pero sin medias. Sacó de uno de sus bolsillos un gran mazo de cartas del Tarot Marsellés, ajado y medio borroso por la grasa dejada por sus manos de largos dedos al igual que sus sucias y mal recortadas uñas.
A LA HORA DEL TREN
La pasada del tren apuró el desenlace de este cuento (imagen procesada con Photoshop).
No pasaba de los cuarenta: "Suerte - me dijo - ¿quiere vérsela? - Caramba, pensé, resultó ser un charlatán el hombrecito este. - No, respondí, gracias. Guardó las cartas y miró hacia el tunel de Punta de Parra. - El tren, allá viene el tren; dijo indicándomelo con su mano. - ¿Y eso que? dije. Bueno, es que en ese tren me voy jefe. Lo dejé y me fui a terminar la partida. A las cuarta jugada siguientes, perdí una torre, a la sexta, la reina y poco despues me clavaron feróz mate. Mi amigo el Pito de la Loza estaba felíz, me ofreció la revancha pero un nuevo llamado de mis socias me obligó a posponer la revancha. Ahí seguía el tipo, sus manos temblorosas se movían como convulsionando. - "Este gallo como que se deshidrato en la playa caramba", pensé. - Que pasa hombre, le pregunto. - Bueno jefe, es que ahí viene el tren y.., - Si, ahí venía el tren de Dichato, puntual a mediodía. - ¿Necesita dinero? le dije. Movió su cabeza negativamente, de sus ojos parecía querer brotar  una expresión de ira contenida, entonces para que se terminara de largar, saque una bebida gaseosa diciéndole: - ¿quieres una? Entonces, el individuo, de quien supe despues era un gitano cuya carpa estaba levantada cerca de Talcahuano, mirándome fijamente a los ojos me dijo: "refresco no, yo vine por la Pilsener que me ofreciste anoche..". Reaccioné nervioso y a tiritones, como pude metí mano a la nevera, saqué la bendita cerveza, la fui a destapar pero el destapador lo que hacía resbalar una y otra vez de la tapa. El gitano estiró su mano y quitándomela la destapó con sus dientes. Se la mandó al hilo sin respirar siquiera, dejó la botella vacía tirada sobre el mostrador y sin despedirse siquiera, lo vimos pegar veloz carrera hacía la estación para alcanzar su tren.
PISANDO LOS TALONES

Esa tarde me fuí a casa, mi padre me había confinado a un cuarto pequeño y el resto se lo había alquilado a la familia de César González, más conocido como el "Negro Peter", quién por cierto fuera unos años antes, Campeón Nacional de Boxeo de la categoría peso pesado. Su esposa María al verme aparecer lo primero que me dijo fue: "Mire que andaba preguntando por usté bien tempranito, un tipo medio estrafalario con pinta de gitano.."    Nunca más lo volvimos a ver, ni a escuchar por los alrededores el canto aquel extraño pájaro.

  

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