martes, mayo 19, 2015

LA INOLVIDABLE CASA DE CAMPO DE LOS TRABAJADORES DE CRAV

Los hijos de refineros, los más beneficiados con la Colonia Sindical de Rinconada de Hualqui. En la foto, un grupo de ellos chapoteando al borde de la piscina (1954).

El 10 de septiembre de 1943 el Sindicato Industrial de la Refinería tomó la decisión de autorizar al directorio sindical para la compra de un terreno donde se levantaría una casa de reposo para los trabajadores y que al mismo tiempo sirviera de colonia veraniega para las familias refineras, informó el periódico Pan de Azúcar (del Centro Deportivo)  en su edición del 13 de enero de 1944, hecho que se concretaría más tarde en un predio en La Rinconada de Hualqui con grandes beneficios para familias penconas . Para este efecto, --agregó el impreso de los trabajadores-- la organización dispuso destinar parte del presupuesto del año y asimismo acordó solicitar a la empresa un préstamo para la total liquidación de la compra venta. Dicho crédito sería cancelado por el Sindicato a la Refinería en cuotas anuales descontables de la participación sindical en las utilidades. Asimismo, el acuerdo de las bases incluía solicitar el concurso de la Administración de la Fábrica para los trámites legales, seriedad y garantía de la transacción.
El periódico sindical fuente de esta crónica.
Al mes siguiente de esta importante decisión, el 14 de octubre de 1943 se iniciaron los festejos por el décimo cuarto aniversario del Sindicato con encuentros de básquetbol femenino y masculino y el sábado 16 se efectuó la gran cena en el Gimnasio de la Refinería con la asistencia de las jefaturas y la totalidad de los trabajadores sindicalizados. La gala la ofreció el presidente de la organización Pedro Maldonado. Demás está señalar que la marcha del proyecto de la futura casa de reposto fue uno de los temas centrales que se conversaron en la reunión social. En la oportunidad tomó la palabra el administrador de la Refinería de Penco don Desiderio Guzmán quien dijo:

Don Desiderio Guzmán, administrador
de la Refinería de Penco.
“Nunca he tenido a mis órdenes gente tan disciplinada y correcta como el personal de la fábrica. Me siento orgulloso de trabajar al lado de hombres (y mujeres) como los nuestros”.
Después de la cena hubo un baile que se prolongó hasta poco después de la 1 de la madrugada, agregaba la información del Pan de Azúcar.
El periódico destacaba bajo el título Consideraciones Generales que “el artículo 98 del Código del Trabajo garantiza a todos los obreros que hayan trabajado 220 y 288 días en el año, un feriado  anual de 7 y 15 días respectivamente con el pago del salario íntegro”. A partir de esta consideración se hacía necesaria, según el sindicato, que los trabajadores dispusieran de un lugar donde reposar merecidamente luego de sus labores en beneficio de la sociedad.
Por vez primera, al parecer, se advierte en esta consideración que muchos de los obreros de la Refinería de Penco  “laboran en lugares de clima malsano por lo que necesitan por imperiosa necesidad establecida por la naturaleza cambiar de aire”. A este respecto, agrega la nota, “en nuestro país nada se ha hecho respecto a nuestros asociados que trabajan en un clima malsano estando todos nosotros propensos a contraer tuberculosis, caer en el alcoholismo, etc. Se imponen cambios de rumbo y que abandonemos la comodidad de inversión de nuestros fondos y  vayamos al centro del problema abordándolo con energía y decisión”.  
Las consideraciones generales agregaban que “será un comienzo laborioso y sacrificado dotar a esta Colonia Sindical de construcciones apropiadas y confortables para los veraneantes, de bibliotecas, piscinas, pulperías, salas de entretenciones, etc. , es decir poner en marcha una organización nueva, desconocida entre nosotros con todas sus dificultades”.
Paseo veraniego en La Rinconada: Enrique Puente, René Pardo, Elba Buholzer (esposa de Carlos Salazar), Fernando Pulgar Ávalos, Amelia Puente y Angelina de Pardo (1954).
La colonia sindical terminó siendo un gran acierto, así fueron decenas las familias que gozaron del campo en Rinconada de Hualqui, bienestar que se extendió por años e incluso a otras familias penconas no vinculadas directamente con la Refinería.
Añadía finalmente la publicación decía textual: “la tarea de dotar (de una casa de veraneo) a los que salen con feriado o necesitan de reposo es ardua y de gran envergadura. Dar a los obreros algunos días de campo, dar a sus familias un ambiente de comodidad y sana entretención significa dar la primera clarinada en Chile de una verdadera revolución sindical”.

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