jueves, julio 16, 2015

EL PADRE PEYTON NOS DIO ÁNIMO CUANDO EL MUNDO SE NOS CAÍA A PEDAZOS EN 1960

El recordado padre Patrick Peyton
        Como consecuencia de los dos terremotos del 21 y 22 de mayo de 1960, mucha gente sufrió problemas psicológicos y depresiones en Penco, Cerro Verde y Lirquén. Los sismos sorprendieron un par de semanas antes del invierno. Por tanto aquél tuvo el ingrediente del miedo a los temblores, agregado a la típica  crudeza de la estación fría. En esta circunstancia mi amigo Víctor muy preocupado me preguntó que dónde, en qué lugar no se sentirían los temblores, porque él estaba harto, hasta la coronilla. Y él mismo se respondía: hay que subirse a un avión… Era la pregunta que nos hacíamos todos ¿cómo escapar de los temblores? 
            Para entonces las radios de Concepción difundían un programa católico grabado --de gran sintonía-- que lo hacía un cura carismático, amigo de los medios de comunicación. No era chileno. Esos programas llegaban a las radioemisoras en discos de acetato desde Los Ángeles, California. El cura predicador era el padre Patrick Peyton quien promovía el Rosario, para ser rezado en familia. Sus mensajes calaban hondo entre la gente de Penco, de la zona y hasta donde llegaran las ondas radiales. En el mundo entero las multitudes lo llamaban sencillamente el padre Peyton. Digo multitudes porque adonde fuera el padre Peyton con el rezo del Rosario, allí se congregaban miles de personas a oírlo con devoción.
El padre Peyton frente a la multitud en San Francisco, California, en 1961.
          Ese frío invierno del 60, la Iglesia trajo al Padre Peyton a Concepción, Chile. Fue una muy buena idea porque los desmoralizados y asustados habitantes de la zona necesitaban una voz amiga, potente y con autoridad para restablecer la creencia que lo peor ya había pasado. Para mí y para todos, en realidad, el padre Peyton era un rock star, un hombre que, a pesar de su castellano básico, comunicaba energía, alegría, entusiasmo y fe. Su voz nos dio esperanzas en un mundo que se nos caía a pedazos por las fuerzas de la naturaleza.
A la salida de la Catedral penquista se ubicó el estrado desde donde nos dirigió la palabra el padre Peyton.
            El padre Peyton nació en Irlanda el año 1909 y emigró a Estados Unidos donde se hizo sacerdote. La autoridad de la Iglesia acogió su propuesta de promover el Rosario en familia, que se convirtió en su caballito de batalla. El padre Peyton usó todos los medios para transmitir su mensaje. Pero fue su aura comunicadora la que le abrió las puertas de millones.
          Vi en persona al Padre Peyton cuando se presentó en Concepción una tarde helada de fines de junio. Se dirigió a nosotros desde una tarima que se instaló en el portal de la catedral penquista. La Plaza Independencia se colmó de gente que venía de todas partes y también de Penco. No cabía un alfiler. Yo, aún niño, me tuve que empinar para verlo desde una distancia de cien metros mientras predicaba pegado al micrófono. Era un tipo agradable, creíble, de voz grave y pausada.
El Papa Santo Juan Pablo II saluda al padre Peyton en el Vaticano. 
            Me acuerdo con alguna frecuencia de este cura mediático, a quien hoy comparan con el santo Papa Juan Pablo Segundo, por ese don maravilloso para comunicar y encantar. Averiguando en internet supe que el querido padre Peyton  murió en 1992 y que hoy es considerado Siervo de Dios, una categoría previa a la santidad.

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