martes, febrero 07, 2017

LA NEBLINA DE PENCO QUE AYUDÓ A DETENER EL FUEGO

Ejemplo de vaguada costera o neblina captada en Constitución. Foto tomada de internet. Propiedad de http://fotosdeconti.blogspot.cl/2007/10/vaguada-costera.html
     Un caluroso día de verano puede transformarse en invierno en menos de tres horas. Cuántos bañistas en la playa han vivido la experiencia de tener que arroparse por la súbita llegada del frío. Es que todo cambia: el cielo se cubre de nubes, desciende la temperatura en forma dramática y, a veces, comienza a lloviznar. Esta modificación de escena resulta inesperada. A tales fenómenos naturales hoy los llaman "vaguadas costeras". En mis tiempos se hablaba de una neblina. Lo que parece una curiosidad de la atmósfera se presenta aleatoriamente durante todo el año, sin embargo, es en el verano cuando se nota más. Una vaguada puede estropear un lindo panorama de día de playa.
     Para entender cuándo se puede presentar el fenómeno, basta con preguntarle a los que saben. Los pescadores de Cerro Verde, por ejemplo, son secos para apuntarle a los cambios del tiempo. Dicen que cuando la silueta de la isla Quiriquina se corta en la base, es decir que da la sensación que se separa del mar, como que flotara, van a cambiar las condiciones. Amigos de Playa Negra comentaban hace años que si la brisa sur se vuelve travesía el tiempo se echará a perder. Gente del muelle de Lirquén, acostumbrada a trabajar a la orilla, sabe que la bonanza terminará si hace calor y el mar se ve quieto como un espejo. Mañana  amanecerá nublado. Dicho y hecho. Los meteorólogos definen a una vaguada como una cuña de baja presión que se genera a nivel de la superficie en la costa entre dos zonas de altas y que avanza como una lengua hacia el continente. Se manifiesta como nubes bajas, llovizna o niebla. Las vaguadas se desvanecen con la misma rapidez con la que aparecen. Que quede claro que no es un temporal o un frente de mal tiempo.
Neblina en el sector de Punta de Parra.
     Me pregunto si estas vaguadas fueron la respuesta de la Naturaleza para bajar la temperatura en verano y controlar así potenciales incendios forestales en tiempos muy remotos cuando aún no había seres humanos sobre la faz de la tierra… Porque fue justamente una vaguada o una neblina la que ayudó sustancialmente a sofocar el fuego que consumía los bosques de los alrededores de Penco a fines de enero de 2017. Ese súbito cambio atmosférico más el noble trabajo de bomberos y brigadistas y el apoyo aéreo de naves sofisticadas conjuraron la acción del fuego destructor. La neblina fue una gran aliada contra los incendios, una manito que nos dieron desde el alto Cielo.

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